¿Cómo arrendar mi propiedad?

El arriendo de propiedades puede resultar seguro y provechoso siempre que se gestione de una manera ordenada y profesional.

Si no existe la asesoría de un especialista del rubro inmobiliario, el arriendo y cualquier transacción se puede convertir en un gran dolor de cabeza. En muchas ocasiones, se cometen errores por falta de información o por tratar de ahorrar dinero, lo que se traduce en problemas al final.

El objetivo principal del propietario que arrienda su propiedad es generar ingresos adicionales. Su inmueble se convierte en un activo y esto puede ser considerado como un negocio, y como todos, conlleva un riesgo. Por tal motivo, hay que afrontarlo y tomar decisiones que permitan minimizarlo.

Para generar ingresos a través de su propiedad en arriendo, es importante que el propietario tome una actitud de inversionista inteligente y debe seguir una estrategia que le permita concretar un buen negocio y garantizar el bienestar de su inmueble a largo plazo.

Inicialmente, antes de cualquier documento o contrato de arriendo, es necesario conocer bien a la persona a quien se va a arrendar la propiedad: antecedentes comerciales, ingresos, antigüedad laboral y alguna otra información que se considere importante.

Por otra parte, es importante considerar en el contrato de arriendo las obligaciones y derechos del arrendador y del arrendatario. Lo básico es que se debe dejar establecido la descripción y ubicación de la propiedad y el uso que se le va a dar (comercial, habitacional u otro); la fecha de inicio y término del contrato, la fecha de pago del valor de arriendo, posibles causas de terminación del contrato, establecer si el arrendatario puede subarrendar y especificar las mejoras que se podrían hacer al inmueble. Cada una de las partes debe quedarse con una copia firmada.

Algunos consejos:
  • Contrato por escrito: a fin de dejar garantía tangible de la transacción y así evitar cualquier problema a futuro. Además, es aconsejable pedir una garantía de arriendo que por lo general corresponde a un mes de pago, para financiar arreglos o posibles deterioros y daños de la propiedad.
  • Inventario: es importante dejar claro y por escrito todo lo que hay dentro de la propiedad y las condiciones en que se encuentran e incluirlo en el contrato. También se pueden tomar fotografías del estado en que se encuentra la propiedad al momento de la entrega.
  • Aval: es conveniente pedir un aval que responda en el caso de que el arrendatario no cumpla con los pagos acordados.
  • Ajuste del monto de arriendo: además de dejar establecido el monto, frecuencia y la unidad de pago, también es importante aclarar la forma y cada cuánto tiempo del ajuste, según la variación del IPC (Índice de Precios al Consumidor), indicador desarrollado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) con el fin de calcular la evolución de la inflación.
  • Estipular obligaciones y prohibiciones: en referencia a los gastos de la vivienda, lo común es que las cuentas de servicios y gastos comunes sean asumidas por el arrendatario, mientras que el pago de contribuciones y gastos estructurales de la propiedad, como cambios de cañerías, por ejemplo, o pinturas del condominio los continúe pagando el dueño.

 

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